Amigos:
Recordar que la oposición cuando el Comandante Presidente abordó el tema e inclusive se inuguraron huertas hace unos dos o tres años en terrenos aledaños a la Avenida Bolívar, adelantó una campaña bestial para ridiculizar tal proyecto...
Se añadirán a esas huertas que, como un gran estímulo a su mayor auge y proliferación ya comezó a desarrollarlas en terrenos de la Casa Blanca la primera dama, Michelle Obama, los "gallineros verticales...?"
Ivan Rougeles. del Bat. 715.
Fuente: www.univision.com
Fecha de publicación: 27/03/2009
Fecha de publicación: 27/03/2009
Con la crisis económica, las huertas hogareñas florecen en EEUU
Hasta la Primera Dama, Michelle Obama, instaló una huerta en la Casa Blanca: cultivar las verduras en casa se ha vuelto muy popular en Estados Unidos, donde más de un tercio de los hogares, 19% más que el año pasado, prevé plantar tomates, pepinos y frijoles.
"Quiero estar segura de que nuestra familia (...) coma sanamente y tenga acceso a verduras y frutas verdaderamente frescas", declaró la Primera Dama al cavar recientemente el primer surco de una huerta "bio" en el jardín de la Casa Blanca.
"Aunque el primer motivo que confiesa la gente para cultivar una huerta es el sabor de la comida (58%), también quieren ahorrar en las compras (54%) y apreciar la calidad y seguridad de los productos (51%)", explicó a la AFP Bruce Butterfield, investigador de la National Gardening Association, que realizó un estudio sobre el tema.
Unos 43 millones de hogares, el 37%, cultivarán una huerta en 2009, contra 36 millones el año pasado.
Uno de cada cinco jardineros que intentarán hacer crecer sus propias frutas y verduras este año será un novato, precisa la encuesta realizada por Harris entre 2.500 personas.
Hay que tener en cuenta que el 80% de los estadounidenses tiene un jardín o patio y quienes no lo tienen pueden alquilar por aproximadamente 20 dólares por año una parcela en un jardín comunitario, exclusivamente "bio", administrado por el servicio de Parques Nacionales.
Un millón de estadounidenses ya tienen un jardín comunitario y 5 millones sueñan con tenerlo. En Washington, donde hay una veintena de jardines comunitarios en la ciudad, a veces hay que estar hasta dos años en las listas de espera.
También han florecido las propuestas para compartir jardines, como "Sharing Backyards DC", donde gracias a internet un propietario poco adepto a la jardinería puede encontrar a un vecino dispuesto a hacer fructificar su terreno.
Nathan Seaberry, un padre de familia de 55 años, acaba de obtener un lote en el jardín comunitario de Blair, en la capital. Ya está plantando papas, coles y brócolis: "es mejor para la salud y para el monedero, los precios de la alimentación están muy altos", indica.
El impacto de la recesión sobre la motivación es "fuerte" para el 34% de los jardineros, según el estudio, más teniendo en cuenta que se invierten en promedio 70 dólares por año en la huerta, donde hay que pasar cinco horas por semana, y la cosecha representa en promedio el equivalente a 530 dólares por año.
"Tener mi jardín me da una sensación de seguridad. Con esto estoy seguro de que podré arreglármelas, tenga empleo o no", afirma Leigh Crenshaw, de 26 años, que está inaugurando su jardín comunitario.
"Los problemas sanitarios recurrentes que hemos tenido con la contaminación de espinacas por parte de la bacteria E.Coli o el caso de la manteca de maní contaminada con salmonela también jugaron un papel", aseguró Robert LaGassi, director de la asociación "Garden Writers Association".
"Tengo la impresión de que esto refuerza también la idea de vida de familia, de pasar tiempo juntos", añadió Nathan Seaberry.
"Con la crisis, la gente vuelve a las cosas simples y pasa más tiempo en su casa", estimó el investigador Bruce Butterfield.
Es lo que piensa hacer Michelle Obama, que promete que no cultivará remolachas porque su esposo las detesta, pero que toda la familia, incluido el presidente, tendrán que quitar las malas hierbas, "¡les guste o no!".
"Quiero estar segura de que nuestra familia (...) coma sanamente y tenga acceso a verduras y frutas verdaderamente frescas", declaró la Primera Dama al cavar recientemente el primer surco de una huerta "bio" en el jardín de la Casa Blanca.
"Aunque el primer motivo que confiesa la gente para cultivar una huerta es el sabor de la comida (58%), también quieren ahorrar en las compras (54%) y apreciar la calidad y seguridad de los productos (51%)", explicó a la AFP Bruce Butterfield, investigador de la National Gardening Association, que realizó un estudio sobre el tema.
Unos 43 millones de hogares, el 37%, cultivarán una huerta en 2009, contra 36 millones el año pasado.
Uno de cada cinco jardineros que intentarán hacer crecer sus propias frutas y verduras este año será un novato, precisa la encuesta realizada por Harris entre 2.500 personas.
Hay que tener en cuenta que el 80% de los estadounidenses tiene un jardín o patio y quienes no lo tienen pueden alquilar por aproximadamente 20 dólares por año una parcela en un jardín comunitario, exclusivamente "bio", administrado por el servicio de Parques Nacionales.
Un millón de estadounidenses ya tienen un jardín comunitario y 5 millones sueñan con tenerlo. En Washington, donde hay una veintena de jardines comunitarios en la ciudad, a veces hay que estar hasta dos años en las listas de espera.
También han florecido las propuestas para compartir jardines, como "Sharing Backyards DC", donde gracias a internet un propietario poco adepto a la jardinería puede encontrar a un vecino dispuesto a hacer fructificar su terreno.
Nathan Seaberry, un padre de familia de 55 años, acaba de obtener un lote en el jardín comunitario de Blair, en la capital. Ya está plantando papas, coles y brócolis: "es mejor para la salud y para el monedero, los precios de la alimentación están muy altos", indica.
El impacto de la recesión sobre la motivación es "fuerte" para el 34% de los jardineros, según el estudio, más teniendo en cuenta que se invierten en promedio 70 dólares por año en la huerta, donde hay que pasar cinco horas por semana, y la cosecha representa en promedio el equivalente a 530 dólares por año.
"Tener mi jardín me da una sensación de seguridad. Con esto estoy seguro de que podré arreglármelas, tenga empleo o no", afirma Leigh Crenshaw, de 26 años, que está inaugurando su jardín comunitario.
"Los problemas sanitarios recurrentes que hemos tenido con la contaminación de espinacas por parte de la bacteria E.Coli o el caso de la manteca de maní contaminada con salmonela también jugaron un papel", aseguró Robert LaGassi, director de la asociación "Garden Writers Association".
"Tengo la impresión de que esto refuerza también la idea de vida de familia, de pasar tiempo juntos", añadió Nathan Seaberry.
"Con la crisis, la gente vuelve a las cosas simples y pasa más tiempo en su casa", estimó el investigador Bruce Butterfield.
Es lo que piensa hacer Michelle Obama, que promete que no cultivará remolachas porque su esposo las detesta, pero que toda la familia, incluido el presidente, tendrán que quitar las malas hierbas, "¡les guste o no!".
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